martes, 30 de noviembre de 2010

Día 2

Me acuerdo de tu cara y de lo que llevabas puesto como si te tuviese delante. Me acuerdo de lo que me dijiste, y cómo no, me acuerdo de cómo me mirabas. Aún me recorre un escalofrío por todo el cuerpo cada vez que pienso cómo me sentía yo. Mis caras de idiota tendrían que ser un poema.
Hacía frío, mucho frío, o estaba muy nerviosa; y jugué demasiado con la cremallera de tu sudadera.
Empecé la noche siendo "la chica de las gafas", "de las bicicletas", "del agua", "de las pipas"... Y acabé siendo "la chica del beso". Fue nuestro peor beso, has
ta el día de hoy, pero el mejor de toda mi vida. No lo olvidaré nunca.

Desde mi ventana veo el banco de nuestro primer beso. Cada vez que salgo de casa veo nuestra
imagen de aquella noche. Te llevaré allí todas las veces que haga falta, quiero ser "la chica del beso" muchos días. Me doy cuenta de lo mucho que te echo de menos cuando pienso que bajaría a por ti, te subiría, te daría un beso en nuestro banco y te volvería a dejar en tu casa.
Quiero vivir en una casa con un banco verde y sentarme contigo e
n verano a leer o a ver las estrellas de noche. Quiero verlo para poder acordarme de ese día, de estas
semanas y meses que llevamos como llevamos, o intentamos llevar. Quiero verlo desde la ventana de nuestra casa todas las mañanas y poder agradecer lo que tengo. Quiero que me beses en ese banco y que sea el primer beso del resto de tu vida conmigo. Quiero ser "la chica de tu vida".



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